A la hora de viajar con un coche eléctrico, los dos principales problemas a los que se enfrenta el usuario son la autonomía y el tiempo de carga. El rango depende de las características del propio coche, sin embargo, a la hora de recargar, el viajero depende por completo de los puntos de carga públicos que se encuentre a lo largo de la ruta.
Muchas veces, a lo largo del recorrido podemos encontrar puntos de recarga públicos acelerados (de 11 kW y 22 kW normalmente). Estos nos permiten cargar nuestro coche eléctrico en corriente alterna, de una forma más económica que con un cargador rápido. Pero apenas hay coches en el mercado que puedan sacar el máximo provecho, como el Renault ZOE y los modelos de Tesla.
El problema es que la carga está limitada a la potencia del cargador interno de nuestro coche, por ejemplo, los 6.6 kW del Nissan LEAF o del Hyundai IONIQ…etc) Algo que hace inviable hacer viajes en un mismo día y que limita mucho las posibilidades de nuestro coche eléctrico, pues la recarga puede alargarse durante muchas horas.
Sin embargo, existe un artículo desconocido por el gran público que nos será de gran utilidad para estas situaciones: un cargador acelerado portátil. Este gagdet sirve para transformar la corriente alterna en continua, lo que nos permitirá utilizar la carga rápida de nuestro coche (la carga lenta en corriente alterna y la carga rápida en corriente continua suelen tener dos conectores diferenciados en nuestro coche eléctrico).
Cuanto conectamos un cargador como este a un punto de carga en corriente alterna, la transforma en corriente continua, pudiéndose conectar a nuestro coche eléctrico a través del puerto CHAdeMO. Gracias a ello se puede aprovechar la potencia máxima del cargador en corriente alterna hasta un máximo de 22 kW, lo que nos permitirá por ejemplo recargar la batería de un LEAF de 40 kWh en apenas 1 hora y media.
Una ventaja de este tipo de dispositivos es que la pérdida de potencia por su uso es despreciable. Por ejemplo, según los testimonios de usuarios que se han conectado a un punto de 21,2 kW, la potencia de salida por el conector CHAdeMO es de 20,4 kW. Por lo tanto, la eficiencia está asegurada, lo que agilizará la recarga.
En la práctica, el uso de un cargador portátil en un coche con una batería de 40 kWh de capacidad con un cargador interno de 3,6 kW de potencia significaría pasar de necesitar unas 11 horas para cargar el coche a poco más de 90 minutos. La mejora es muy significativa, y aumenta de forma clara la polivalencia de nuestro coche eléctrico.
Los cargadores públicos de 11 kW y 22 kW con conectores Tipo 2 (Mennekes) son muy típicos en países del centro de Europa como Alemania. Estas potencias se dan incluso en muchas casas de dichas regiones, por lo que la compra de un coche eléctrico con un cargador interno limitado (la mayor parte de los coches eléctricos del mercado sufren esto) puede compensarse con el uso de un cargador portátil.
Además este cargador soluciona otro de los problemas, y es que la mayor parte de los puntos de recarga públicos con cable instalados en Europa llevan una toma de Tipo 2. Algo que se ha solucionado en la nueva versión del Nissan LEAF, pero no en las anteriores que contaban con Tipo 1. Pero este punto cuenta con una entrada tanto de Tipo 1, como de Tipo 2 y la CHAdeMO.
El problema de estos dispositivos es que suelen tener un precio muy elevado, prohibitivo más bien. Si bien es bastante probable que según vaya evolucionando el mercado del coche eléctrico los precios se reduzcan de forma significativa ya que en estos momentos hacerse con una unidad tiene un coste de 17.850 euros, más los cables correspondientes.
Una burrada, pero marcas como la propia Nissan han tomado nota de este tipo de peticiones para su nuevo LEAF, y han desarrollado un cargador de 22 kW del que todavía no conocemos precio, pero que esperamos sea mucho más accesible.
